Después de un tiempo, volvemos con otra entrada dedicada a los dichos populares en castellano. En esta ocasión podemos hablar de ríos, albondigones, margaritas, cerdos y de personajes como Zafra, Lepe, o Carracuca. Allá vamos...
De perdidos al río
Es costumbre decir eso cuando se está a la desesperada, cuando ya no hay nada que perder., y se intenta buscar la solución 'menos mala'. Es una expresión fatalista y resignada, similar a la que hace referencia al 'último cartucho' o a 'quemar las naves'. Su origen podría ser alguno de estos dos:
- Antiguamente, en las batallas, si uno de los bandos contendientes estaba asediado y cercano a un río, quería decir que su única escapatoria sería lanzarse al cauce y dejarse llevar por la corriente, siempre menos malo que caer en las manos del enemigo.
- Otro posible origen podría ser este: cuando alguien está perdido en el monte, si se encuentra un río, no es mala idea seguir su curso: tarde o temprano se dará con alguna población que esté en su ribera.
La
traducción directa de esta frase hecha al inglés, dio lugar al
libro 'From Lost To The River', de
Colin y Güéster (seudónimos de Federico López Socasau e Ignacio Ochoa), y, dado el éxito de ese libro y de sus dos secuelas posteriores, dio lugar al
Fromlostiano,
lengua artística inventada, construida de la misma forma, a partir de
frases hechas traducidas literalmente al inglés. Aquí os pongo algunos ejemplos de frases en fromlostiano:
- '
The female neighbor hallucinates' ('
Alucina vecina')
- '
You have more face than back' ('
Tienes más cara que espalda')
- '
Each madman with his topic' ('
Cada loco con su tema')
O la de la imagen superior, que me servirá de despedida: '
Whith this and a cake, until tomorrow at 8' ('
Con esto y un bizcocho, hasta mañana a las 8').
Albondigones caiga quien caiga
Suele decirse cuando se decide seguir adelante con algo, a pesar de las consecuencias que pueda acarrear. Tiene, al igual que la anterior, 'un puntito fatalista' pero en este caso no se trata de una situación desesperada, sino más bien de una decisión consciente, y basada en un análisis de beneficio - riesgo. Una especie de 'Ni un paso atrás' ¡Vaya rollo que he soltado!
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¡Estos 'albondigones' sí que caen! |
Parece que
el origen viene de una
leyenda según la cual, había un
monasterio de frailes franciscanos en el que se
comía carne de forma abundante, a la cual denominaban, de forma genérica,
'el albondigón'. De tanto comer, empezaron a producirse
muertes en el monasterio. Llegó un
médico que, al ver la dieta de los orondos frailes, les prescribió
dejar la carne y alimentarse sólo de
verduras. Al marchar el médico, el abad decidió que eso era
muy triste, no podía ser, y sentenció que la dieta no variaba: '
Albondigón por barba, caiga quien caiga'. En
esta web se cuenta la leyenda con mucho más detalle.
Echar margaritas a los cerdos
Cuando
se hace algo sabiendo de antemano que
es inútil, o que
no va a ser apreciado ni agradecido, se dice que es como '
echar margaritas a los cerdos'. Es una expresión muy conocida y utilizada. Por ejemplo, dio título a
esta canción de Ana Belén, en el disco '
Como una novia' que publicó en
1991.
Y es muy curioso su origen. Rebuscando en 'la internet', me he llevado la sorpresa de que
su origen es una cita bíblica. Concretamente en el Evangelio de
San Mateo, 7:6, que dice '
Nolite dare sanctum canibus neque mittatis margaritas vestras ante
porcos, ne forte conculcent eas pedibus suis et conversi dirumpant vos.', que en español sería algo como esto: '
No deis a los perros lo que es santo, ni echéis vuestras perlas delante
de los puercos, no sea que las pisoteen con sus patas, y después,
volviéndose, os despedacen.
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Talla en madera de la Catedral de Rouen |
Pero, un momento,
¿'perlas'? ¿No eran '
margaritas'? Pues las dos cosas, porque el
significado real de las '
margaritas' del Evangelio es el de '
perlas': el '
margarita' del
latín viene del
griego 'margaron', que significa
perla. Y de hecho, la
cuarta acepción de 'margarita' en el DRAE dice '
perla de los moluscos'.
El significado es
similar al de
otra frase hecha también muy curiosa, la que dice que '
No se hizo la miel para la boca del asno', de la que seguramente hablaremos en otra entrega de 'frases hechas'. Y es que, ¿para qué esforzarse en ofrecer algo valioso a quien no lo apreciará?
Está más muerto que Carracuca
¿Quién será
Carracuca? ¿Cómo o cuándo
murió? Podría parecer que se trata de un personaje real, como
Picio (paradigma de feo) o
Abundio (de tonto), de los que probablemente hablaremos en otro momento. Pero no, no hay respuesta, porque
Carracuca no existió. Esta frase utiliza a un personaje absolutamente
ficticio, y también
muy versátil pues, de hecho, también sirve para otras comparaciones similares. Una especie de personaje
comodín: 'Tiene
más años que Carracuca', 'Está
más perdido que Carracuca', 'Estoy
más liado que Carracuca', 'Tengo
más hambre que Carracuca', 'Eres
más feo que Carracuca', e incluso, ¡'Estás
más preñada que Carracuca'!. También al parecer, en ocasiones se ha dicho de él que era tonto, loco, pobre, que estaba quemado o tenía mucho frío..
Y hay, incluso, quien ha intentado
encontrar al Carracuca original, a quien diera pie a la expresión primigenia, diciendo que se trataba de un individuo feo y desgraciado de
origen cántabro. Pero parece que no. Lo que sí que hay son
personajes de ficción, de teatro o de novela con ese nombre, como en '
El Perro del Hortelano', la zarzuela
'La rosa del Azafrán', o '
Cuadros vivos: a pluma y a pelo', e incluso dando nombre a alguna obra, como la comedia en valenciano '
¡La sombra de Carracuca!' de mediados del S. XIX, o '
...más perdidos que Carracuca', de Emilio del Valle, de 2006.
Y también en la
prensa: en
La Vanguardia, edición del
18 de diciembre de 1934 se da cuenta de la
detención de Ricardo Fernández Álvarez, alias '
El Carracuca', autor junto a Manuel Álvarez Rodríguez, '
El Cal Viva', del asesinato de un Guardia Civil en Muiñas
.
Estás más perdido que el Barco del Arroz
Se dice cuando
algo está perdido, o cuando
alguien no se entera de nada, o está en una situación o en un lugar equivocado. Es un dicho muy andaluz, es de esos que cuando los oyes por allí abajo piensas, '
Cómo sería ese barco, y qué le pasaría, dónde y en qué condiciones se perdería...'. Bueno, pues buscando, me han salido
unos cuantos 'barcos del arroz'. Todos ellos relacionados de alguna manera con
Andalucía.
- El de Torrox. Durante la
Guerra Civil (1936 a 1939), al parecer, frente a las cosas de
Torrox, en Málaga, encalló un barco cargado con
arroz y aceite. Los lugareños recuperaron el arroz, pero el
aceite se desparramó, 'pringando' el litoral, en la zona de la playa conocida ahora como de
Calaceite.
- El 'Alcatraz'. Tras la Guerra Civil, en la
década de los 1940, el gobierno
argentino de Juan Domingo
Perón envió mucha
ayuda humanitaria a España. Entre ella, el '
Alcatraz', un barco cargado de arroz, que
nunca llegó a España. Hubo varias
leyendas que intentaron explicarlo: que se
perdió, que la tripulación se quedó con el arroz, e incluso que una
extraña enfermedad acabó con la tripulación... ¡Vete a saber!
- El 'Vapor de Cádiz'. En los
años 1950, un vapor
cargado de arroz se soltó de sus amarres en el puerto de
Cádiz, fue arrastrado por la corriente y se acabó abriendo. Al parecer, en este caso sí que
pudo recuperarse su carga con grúas.
- El barco con con ayuda humanitaria a Etiopía. Durante una
hambruna sufrida en los
años 1980 en Etiopía, salió de
Sevilla un barco
con arroz de las Marismas del Guadalquivir, producto de una
colecta humanitaria. No se sabe qué fue de él, pues
nunca llegó a su destino.
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'El barco del arroz', acuarela de Nieves García |
- El 'Weisshorn'. En
1994, el
'Weisshorn', un carguero chipriota con
origen Bangkok y destino Sevilla, con más de
6000 toneladas de arroz, quedó encallado a la altura de
Chipiona. Aún no se sabe la razón.
El arroz, al mojarse, se hinchó hasta el punto de
partir en dos el barco. Desde entonces,
allí sigue, y aún puede verse desde la costa entre
Sanlúcar y Chipiona, incluyendo todo el Coto de Doñana. Es el que aparece en la
acuarela de aquí arriba. Y
en este enlace se cuentan
más detalles.
Como veis, hay
barcos del arroz 'para dar y tomar'.
Cualquiera de ellos podría haber sido el que
diera origen a tan curiosa expresión.
Aquí se da cuenta de todas estas historias, y se ofrecen otros enlaces de interés.
Sabes más que Lepe
Cuando alguien es muy
astuto o desenvuelto, o
muy inteligente, o tiene
muchos conocimientos sobre el tema que se trata, y en ocasiones también quien '
se pasa de listo', se dice que '
Sabe más que Lepe'. También hay variaciones sobre esta expresión. 'sabe más que Lepe y Lepijo', o, incluso '
sabe más que Lepe, Lepijo y todos sus hijos'. Pero, ¿de dónde viene ese dicho?
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El Catecismo Catholico del Obispo Lepe |
El
origen de la expresión hay que buscarla en un personaje histórico,
Pedro de Lepe y Dorantes, que, de familia onubense (y posible origen lepero),
nació en Sanlúcar de Barrameda en
1641, fue
Obispo de Calahorra y La Calzada durante 14 años, y
murió en Arnedillo (La Rioja),
en 1700.
A él se debe
una obra que en su momento fue muy conocida, el '
Catecismo Catholico', publicado en 1697, y que constituía una especie de '
manual del buen cristiano', pues contenía todo aquello que
cualquier español debía saber respecto a la religión católica, sobre las misas, los sacramentos, los rezos... También escribió numerosas
cartas pastorales, en las que demostraba una
gran cultura. Es por eso que el
Obispo Lepe, como también se le conocía,
ganó fama de hombre culto entre el pueblo llano, y se empezó a utilizar su nombre como paradigma del
hombre inteligente y cultivado.
Pero, como casi siempre, hay
una versión alternativa: según
Pedro Voltes Bou, en su libro '
El reverso de la historia', de 1994, la expresión haría referencia a
Juan de Lepe, marinero y
aventurero, éste sí que lepero, que a
mediados del siglo XV acabó de bufón y amigo del Rey en la
corte de Enrique VII de Inglaterra, y que incluso llegó a ser
Rey de Inglaterra por un día, y conocido por allí como '
The Little King of England', gracias a una
partida de cartas ganada al Rey: el bueno de Juan aprovechó al máximo ese día, gracias al cual
se hizo rico. Al final de su vida,
regresó a su pueblo y donó una gran cantidad de dinero al Convento de Franciscanos de
Nuestra Señora de la Bella, en Lepe, donde a su muerte se hizo enterrar.
Llovió más que cuando enterraron a Zafra
Esta es una expresión, bastante común sobre todo en
Castilla, Andalucía y Extremadura, que se dice cuando
llueve mucho (cuando
cae 'La Mundial', que también se suele decir), y aunque tiene una base más o menos común, cómo no, hay
dos posibles orígenes para ella. Son dos leyendas, una
extremeña, y la otra
granadina. Las dos son muy parecidas, y en ambas hay un
noble, una
afrenta, una
gitana, una
maldición, y lluvia,
mucha lluvia.Ambas historias se pueden encontrar en el libro '
Seres míticos y personajes fantásticos españoles', de
Manuel Martín Sánchez., y
en este artículo también. Pero aquí pongo un resumen de las dos historias.
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Viñeta de Mingote al respecto del dicho |
En la
leyenda extremeña, el protagonista sería
Don Mendo Méndez de Peláez, Conde de
Zafra, y también conocido como
'Bigotes', razón por la cual a veces la expresión cambia por esta otra: '
Llueve más que cuando enterraron a Bigotes'. El Conde de Zafra vivió en la segunda mitad del
S. XV en esa población extremeña, y dice la leyenda que
un día de mucho calor, llegó una
gitana al castillo y pidió agua. El
Bigotes, que debía tener mal carácter, le
negó el agua, rompió la cántara de la gitana en
7 trozos, y mandó darla
7 latigazos. La gitana le lanzó una
maldición: que en
7 días moriría, y que
llovería tanto que su
cuerpo sería arrastrado por el agua. Y al parecer, así sucedió.
En la
leyenda granadina, el protagonista es
Don César de Zafra, caballero que vivió en
Granada tras la Reconquista. a mediados del S. XVI. Al parecer,
un hijo de éste, Alfonso, se enamoró de
Azucena, una
gitana que vivía junto a su casa, y de cuya fuente tomaba el
agua sobrante. Enterado el caballero de los amoríos de su hijo y la gitana,
cortó el suministro de agua y
la gitana se quedó sin ella. Fue entonces cuando
lanzó la maldición, diciendo algo como '
Permita Dios que el agua lo entierre'. A los pocos días
muere el caballero Zafra, cae una
tromba de agua tal que
se lleva por delante el ataúd del difunto hasta el río
Darro, y no se le vuelve a ver.