'Morenas' de Gibraleón, 1952. La Revista de El Mundo |
Hace muchos años, leyendo un libro muy antiguo sobre razas y tipos humanos que había por mi casa, de esos de gran formato y muchas fotografías, en el apartado correspondiente a España leí algo que me llamó mucho la atención. Trataba sobre los negros de Gibraleón.
Por lo que recuerdo, lo que se decía era que en los pueblos de zona de Huelva entre los ríos Tinto y Odiel, pero particularmente en el pueblo de Gibraleón, vivían unos centenares de personas, algunas de rasgos africanos, otras de piel oscura, que se creían descendientes de las personas transportadas en un barco de esclavos africanos que había tenido algún problema, y se había quedado un buen tiempo en la ría del Odiel para su reparación. Venía ilustrado con un par de fotografías de hombres de rasgos negros (nariz grande y achatada, pelo oscuro y rizado), y un tanto oscuros de piel, vestidos al estilo de la gente del campo de Andalucía. Eran similares a las que encabezan esta entrada, pero de hombres en lugar de mujeres.
Ahora, 'treintaytantos' años después, he leído un poco sobre el asunto y quería compartir aquí lo que he averiguado sobre este asunto, que tiene que ver con un aspecto bastante oscuro, aunque afortunadamente ya superado, de la condición humana. Algo que aunque no nos guste y nos llene de vergüenza, forma parte de nuestro pasado: la esclavitud.
SIGLOS XV A XVII, DE LISBOA A SEVILLA
Cuando pensamos en la esclavitud negra, lo primero que nos viene a la cabeza son los campos de algodón del Mississippi o de caña de azúcar del Caribe o Brasil, las cadenas y los látigos, y los barcos de negreros ingleses u holandeses cruzando el Océano Atlántico desde la costa africana a la americana. Pero eso fue a partir del siglo XVIII. Antes las cosas fueron de otra manera.
En contra de lo que pueda parecer, la esclavitud negra no empezó en América, sino en Europa, y es anterior al Descubrimiento de América. Comenzó al menos un siglo antes, cuando los marinos portugueses empezaron a explorar la costa africana. Fue a principios del siglo XV cuando llegaron los primeros esclavos de África, principalmente de raza negra, a los puertos portugueses, desde Lisboa al Algarve, y españoles, desde Ayamonte hasta Cádiz. También hubo importantes mercados de esclavos por aquella época en el Mediterráneo (Valencia, Mallorca, Sicilia, Nápoles, Venecia), pero en este caso los esclavos eran de origen norteafricano y religión musulmana, y el fenómeno estaba muy ligado a las guerras que entonces se libraban en ese mar: por igual motivo, también hubo esclavos cristianos, principalmente españoles e italianos, en el Norte de África.
Los principales mercados de esclavos estaban en Lagos y Sevilla, también fueron importantes los de Lisboa, Zafra y Palos, y el comercio `mayorista' estaba prácticamente en manos de comerciantes portugueses, por dos motivos fundamentales: por un lado, los exploradores de la costa africana eran portugueses, y por otro, tras el tratado de Tordesillas mediante el cual 'el mundo se repartió' entre España y Portugal, todas las tierras africanas al sur de las Canarias quedaron del lado portugués.
Tres Muchachos, Murillo, 1670 |
A pesar de que ahora repugne la idea, en aquella época era algo lícito y habitual. Un ejemplo es el cuadro de Murillo Tres Muchachos, que aparece más arriba: el chaval negro que aparece con el cántaro de agua, al lado de los dos que están merendando al parecer es el negro Juan, esclavo de Murillo hacia 1670, a quien tomó como modelo para el boceto del cuadro. Así, a mediados del siglo XVI en buena parte de Portugal y todo el sur de España, Extremadura, Andalucía y Murcia, había una importante población esclava de origen negroafricano: en algunos lugares del Algarve, de la costa de Huelva y de Sevilla se calcula que llegó a suponer hasta un 15 o un 20% del total de la población.
Un ejemplo de todo ello: en el siglo XVII en Sevilla, también empezó a llamarse 'Hermandad de los Negritos' a la 'Antigua, Pontificia y Franciscana Hermandad y Cofradía de Nazarenos del Santísimo Cristo de la Fundación y Nuestra Señora de los Ángeles', pues era la más popular entre los cofrades de raza negra. Procesionan el Jueves Santo, hasta mediados del siglo XIX sólo admitieron hermanos de raza negra, y aún hoy día bastantes de los penitentes que salen son negros.
Aunque les faltaba una de las cosas más básicas de la condición humana, como es la libertad, y de que en aquellos tiempos el racismo era igual de cruel que ahora, pero estaba más extendido y era más explícito, también es cierto que, en general, no sufrieron un trato excesivamente degradante. No era habitual que intentasen escapar de sus amos (aunque es verdad que los castigos sí que debían ser bastante duros). Estaban bastante protegidos por la ley (había leyes que perseguían y condenaban su maltrato) y por la Iglesia (incluso muchos clérigos se hacían con sus servicios), muy poderosa entonces, y al parecer era muy habitual la liberación o manumisión de los esclavos por parte de sus amos en algún momento de la vida, o tras su muerte (mediante el testamento). En muchos casos, incluso, recibían parte de la herencia económica, junto con su libertad y la de sus hijos, en ocasiones a cambio de servir unos años para la familia del fallecido.
DESDE EL SIGLO XVIII
Desde mediados del siglo XVIII la esclavitud cambia de destino y el mercado cambia de manos: del sureste de Europa se desplaza a América, principalmente la zona del Caribe, Brasil y Norteamérica. Los barcos siguen siendo portugueses o españoles, pero los comerciantes pasan a ser principalmente ingleses, franceses y holandeses. La esclavitud sigue siendo una vergüenza, pero se brutaliza aún más: es cuando los barcos donde son transportados empiezan a ser conocidos como los tumbeiros (ataúdes en portugués). Recordad la miniserie de TV 'Raíces', la película de Spielberg, 'Amistad', basada en hechos más o menos reales, o la mucho más reciente 'Doce años de esclavitud'. Muy triste.
Fotograma de la miniserie 'Raíces' (Roots), novela de Alex Haley |
Pero volviendo a la costa de Huelva, desde esa época, mediados o finales del XVIII hasta mediados del XX, se pierde la pista del origen de los negros. En otros lugares, el mestizaje hace que empiecen a 'diluirse' con el resto de la población, pero en esa zona, debido probablemente a su número, quedan reminiscencias de la diferencia. Son los 'morenos' (como se conocía a los negros) y los 'travesaos', o 'atravesados' (los mulatos), el racismo se vuelve más sutil, y hace que no tengan mucha mezcla con blancos, si acaso algo más con los gitanos, pero, a pesar de ocupar los estratos sociales más bajos, son libres. El tiempo parece que todo lo olvida, y en este caso, hace que se olvide el origen de los 'morenos'. Durante dos siglos el racismo queda 'latente' o 'de baja intensidad', y los morenos son llamados 'los de Colón', creyendo que vinieron de América en algún viaje del explorador, o 'los del barco', pues se pensaba, como yo en un principio leí, que procedían de un barco negrero averiado de la costa de Huelva.
Pero ¿por qué se concentró esa población negra en esa zona tan concreta de la costa onubense? Hay dos teorías, y probablemente, como en otras ocasiones, puede que la verdad esté a mitad de camino de las dos: por un lado es por ser el lugar por donde llegaron, y donde mayoritariamente residieron. Y por otro, al quedar en libertad, lo natural es que una vez libres, los negros se fuesen a vivir donde otros negros vivían.
SIGLO XX Y ACTUALIDAD
En 1952, el antropólogo aragonés Arcadio de Larrea publica el libro 'Los Negros de la Provincia de Huelva', un ensayo que los devuelve a la actualidad: es entonces cuando se pone de manifiesto su origen y se cuantifican en número: se contabilizan unos 500, distribuidos en 5 poblaciones: Huelva capital, Niebla, Moguer, Palos y Gibraleón, localidad esta última en la que se encuentra la población más importante, con unos 200 negros más o menos 'puros'. De todas formas, tras terminar la guerra civil en 1939 parece que comenzó el mestizaje 'definitivo', el que en poco tiempo los hará desaparecer o diluirse en el tiempo, si no lo ha hecho ya.
El mesizaje 'natural', una vez superados racismos y prejucios en la segunda mitad del siglo XX, y más aún desde la llegada de inmigración subsahariana a España a partir de finales de los 80 de siglo pasado, hace que ya no tenga mucho sentido hablar de población negra de origen esclavo en España. En la actualidad, me da la sensación de que ni en esa zona, ni en ninguna otra, quedan ya negros 'de los cuatro cuarterones', como dicen los gitanos, y los mulatos están totalmente integrados en la sociedad.
SI QUERÉIS SABER MÁS
- Este es un enlace al número124 de La Revista de El Mundo uno de los mejores artículos que he encontrado sobre este tema.
Más enlaces interesantes:
- Ensayo 'El comercio de esclavos: Gibraleón'. Julio Izquierdo Labrado
- Otro ensayo de Julio Izquierdo Labrado: 'La esclavitud en Huelva y Palos (1570-1587)'
Un post muy interesante que habla del tema
NOTA IMPORTANTE: casi todas las fotografías excepto la primera, la del fotograma de 'Raíces' y la del cuadro de Murillo) las he obtenido a partir del nº 234 digitalizado de la Revista Triunfo (abril de 1966), concretamente del magnífico artículo de Víctor Márquez Reviriego, titulado 'Gibraleón, los negros andaluces': habla de los negros de Gibraleón, pero desde un punto de vista social, muy de la prensa aperturista que en aquella época representaba esa revista. Aquí está el enlace. Eran de los más desfavorecidos de la zona, junto con los gitanos. Las fotos, muy buenas, son de Gigi Corbetta. En este otro enlace también se puede encontrar digitalizado el artículo de Víctor Márquez Reviriego en Triunfo.