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miércoles, 8 de junio de 2016

Mangas Verdes, Calleja y Witiza

Ha llegado el momento de escribir otra entrada dedicada a expresiones y dichos populares en castellano. Hablaremos de un cuentista que se llamaba Calleja, de un Rey como fue Witiza, y de cosas de comer, como huevos, bacalao, queso y miel. ¡Allá vamos!


¡A buenas horas, mangas verdes!

Eso se suele decir cuando alguien llega tarde a algún sitio, o a resolver algún problema, pues, o ya se ha resuelto, o ya no hay solución posible. Un ejemplo: alguien pide ayuda porque está en una escalera ordenando libros y estos están en peligro de caerse. La ayuda llega tarde, cuando ya se han caído.

El origen de esta expresión hay que buscarlo en la Castilla de finales del Siglo XV: en 1488 se creó el cuerpo de Piqueros de la Santa Hermandad para resolver asuntos que tuvieran que ver con la seguridad de la ciudadanía en tiempos de paz. Principalmente la resolución de conflictos entre vecinos, y la persecución de malhechores en ciudades y campos del Reino. Algo parecido a lo que muchos años después, y hasta la actualidad, representa la Guardia Civil. Su uniforme, uno de los primeros del ejército español, consistía en una camisa verde sobre el que se colocaba un coleto de piel y sobre él, un sayo blanco con una gran cruz roja, por cuyas mangas sobresalían las verdes de la camisa:
Piqueros de la Santa Hermandad, con sus mangas verdes
Pero muy a menudo, cuando se necesitaba su presencia, en el tiempo que tardaban en llegar hasta el lugar en el que se les reclamaba, los malhechores ya habían huido. Es por eso que se empezó a decir eso de ¡A buenas horas, mangas verdes! El cuerpo duró tres siglos y medio, a mediados del XIX se disolvió e inmediantamente, y en su lugar, en 1844 se creó el cuerpo de la Guardia Civil.

No he podido resistirme a poneros un chiste de Forges en el que hace uso de esta expresión al referirse a la tardía posibilidad de llegar a algún pacto en la actual (y por lo que parece, bastante corta) legislatura:

No se hizo la miel para la boca del asno

Este proverbio o refrán viene a criticar a quienes, pudiendo elegir lo mejor, prefieren quedarse con lo vulgar, la mayor parte de las veces por falta de aprecio. Es una forma de decir, 'quédate tu con lo cutre y ya me quedo yo con lo bueno, porque al fin y al cabo, no lo vas a apreciar como merece'. Curiosamente, también es de uso bastante común en inglés.


Su uso es bastante similar al de otra expresión que ya salió en otra entrada del blog, 'echar margaritas a los cerdos'. En aquel caso, el origen estaba más definido (la Biblia), en este no está tan claro, pero ya lo citaba Cervantes en el Quijote:, cuando Sancho explica a Teresa, su mujer, lo buena que será su vida cuando sean gobernadores de la Ínsula: 'No es la miel para la boca del asno -respondió Sancho- a su tiempo lo verás, mujer'.

Otra variante que he encontrado para este dicho es esta:

- Tal sabe el asno qué cosa es melcocha. Es arcaizante, ya no sólo por la construcción de la frase, sino sobre todo por el léxico: melcocha es en España una palabra moribunda, de origen aragonés, pero prácticamente desaparecida. En América sí que está muy viva, principalmente en Ecuador, Colombia y Venezuela: es un dulce elaborado a base de pasta de miel o azúcar en forma de barritas retorcidas.
Confitera elaborando melcocha

Tener más cuento que Calleja

Esta expresión castiza es la evolución de otra: 'tener cuento' o 'ser cuentista' es propio de quien cuenta 'cuentos', es decir, quien abusa de los chismes, embustes, exageraciones, fantasías o, directamente, mentiras, normalmente para buscar el propio beneficio. Y tener más cuento que Calleja es ser cuentista en grado superlativo. Y es que mucho cuento hay que tener para superar los que editó en su vida el burgalés Saturnino Calleja.
Saturnino Calleja, el de los cuentos
En 1879, el pedagogo y escritor burgalés afincado en Madrid, se dio cuenta de que una posible solución al atraso y el analfabetismo en España podría ser empezar desde el principio: los niños. Comenzó a editar cuentos, escritos por él mismo o por otros autores, orientados a la lectura infantil, buscando la parte lúdica de la lectura. Accesibles y baratos, consiguieron su objetivo con creces: la Editorial Calleja publicó cerca de 3000 títulos, vendiendo en sus mejores tiempos, más de tres millones de ejemplares en un año, en España, América y Filipinas. En esta página web uno de sus nietos cuelga todo tipo de recuerdos, recortes de prensa, dibujos, fotografías y noticias relacionadas con los cuentos de Calleja, de Saturnino Calleja.
Un cuento de Calleja
Un par de curiosidades: los cuentos de Calleja son el origen de la famosa coletilla final de los cuentos infantiles en España: 'Y fueron felices y comieron perdices'. La otra: hay una calle en Madrid, en La Prospe, dedicada a Saturnino Calleja, entre López de Hoyos y Alfonso XIII: la razón es que durante muchos años,. hasta finales de las 70, en esa calle estuvo la sede de la Editorial Calleja. ¡No habré pasado yo veces por ahí!
Otro cuento de Calleja

Te la han dado con queso

Se suele decir 'Me la han dado con queso' o 'Que no te la den con queso' cuando, o bien han engañado o timado a alguien, o se está advirtiendo de un posible engaño. Es decir, que dar con queso es lo mismo que timar.
El origen de esa expresión hay que buscarlo en La Mancha, en la época medieval. Ya desde entonces tenían fama por calidad, y también por su cantidad, los vinos manchegos. Y también los quesos: el queso manchego es sin duda de los mejores de España. En aquella época ya iban por las bodegas de La Mancha comerciantes y venteros de toda la península a buscar los afamados caldos manchegos.

Una bodega manchega
Los compradores acudían a la bodega para catar los vinos antes de comprarlos. Para dar salida a alguna partida de vino picado, o de baja calidad, los bodegueros ponían en práctica una estrategia, que consistía en servir con la cata algunas porciones de queso fuerte, viejo o en aceite, para así 'camuflar' las carencias del vino con el fuerte olor y sabor del queso. ¡No eran listos, 'ni ná'!

Queso y vino, ¡se quieren!

Incierto se presenta el reinado de Witiza

Cuando no se sabe muy bien qué va a ocurrir en una determinada circunstancia, pero se barrunta que 'nada bueno', se suele decir que 'Incierto se presenta el reinado de Witiza'. Es una expresión muy común en el juego del Mus, cuando en efecto, el que lo dice, no sabe qué va a ocurrir en esa mano (o eso pretende hacer ver a los contrarios, aunque sabe perfectamente que va a ganar él).
En el Tratado de Mus de Mingote se habla de esa expresión
Para explicar el origen de la expresión, hay que hablar un poquito de historia. Concretamente, al fascinante mundo de 'los Reyes Godos', ese interminable listado de nombres impronunciables que hacían estudiar a nuestros padres y abuelos: 'Alarico, Ataúlfo, Sigerico...', esos eran los primeros, '...'Chindasvinto, Recesvinto, Wamba...', uff, ya nos acercamos, '...Égica, Witiza y Rodrigo'. Ahí está. Fue el penúltimo, antes de la caída del reino visigodo en manos de los musulmanes que llegaron a España en 711, cruzando el estrecho y capitaneados por Tarik.
El Rey Witiza
Y fue el penúltimo, precisamente, por lo convulso del reino en esos momentos: la España visigoda, empezó el siglo VIII de una forma muy 'removida'.En 698, Witiza heredó el trono de su padre, Égica, pero 'correinó' con él durante unos años, hasta la muerte de Égica, en 702. El Reino Visigodo en aquellos años era un 'cafarnaún' de nobles, cada uno con su poder territorial y con sus aspiraciones al reinado, a los que Égica intentó dominar por la fuerza, provocando destierros y odios, y sin embargo Witiza intentó contener con la diplomacia. Lo consiguió, pero poco antes de su muerte, en 710, nombró sucesor a su hijo Ágila, que a la muerte de su padre sufrió una revuelta en las provincias del noroeste (Narbonense, Tarraconense), comandada por Don Rodrigo (o Roderico), que desembocó en una guerra civil.

La Batalla de Guadalete
Ágila, fuerte en el sur de la península (provincias Bética, Lusitania y Cartaginense), pidió ayuda a los musulmanes que ya controlaban el Norte de África. Éstos acudieron en su ayuda en 711, en la Batalla de Guadalete murió el propio Don Rodrigo. Pero Tarik cruzó el estrecho de Gibraltar (en árabe, Gebr al Tarik, la montaña de Tarik) para quedarse: en apenas dos años, los musulmanes se hicieron con el control prácticamente total de la antigua Hispania, poniendo fin al Reino Visigodo.


¡Manda huevos!

Esta es una expresión vulgar, llamativa y que suele decirse en voz alta, de ahí esos signos de exclamación. El signifiicado es tan particular que la hace única, lo más parecido sería un '!Qué te parece!', un '¡Pues anda que....! o un '¡Tócate los pies!', y se suele decir cuando se vive una situación absurda, o se escucha alguna exageración o una estupidez. Tiene un punto de grosería y demuestra cierto nivel de enfado.
¡Manda huevos!
El origen es bastante curioso. Procede del latín y ese 'huevos' que parece que hace referencia a los atributos sexuales masculinos (y que ha derivado a que a veces se diga un más bruto 'manda cojones'), realmente hace referencia a la palabra 'opus', que pasó al castellano cono 'uebos', y que, aunque ahora está en desuso, hacía referencia a algo necesario, a una necesidad. El 'manda uebos' por tanto, sería algo así como 'la necesidad manda'. y era una expresión que se utilizó en tiempos en el ámbito judicial para decir que un hecho era tan obvio que no era necesario aportar pruebas. Según parece, la forma correcta de escribir la frase en la actualidad es 'manda huevos', así, tal cual, con H y con V.

Federico Trillo
Probablemente, el '¡Manda huevos!' más famoso de España es el que pronunció Federico Trillo, a finales de los 90, en sus tiempos de Presidente del Congreso de los Diputados. En un pleno que debió ser especialmente cansino, cuando llegó el momento de una votación, y tras recitar el enunciado de la ley que se iba a someter a votación, sin darse cuenta de que tenía abierto el micrófono, el ínclito Federico Trillo pronunció un 'Manda huevos' que se escuchó en todo el Congreso, provocando un momento de chanza y pitorreo. Este era el enunciado de lo que se sometía a votación:
«Rúbrica de la disposición transitoria segunda. Se suprime la referencia a las tarifas de conexión para desarrollar el contenido resultante de la tramitación previa en el Congreso de los Diputados. Por último, también por razones de técnica legislativa, una disposición derogatoria que prevé expresamente la abrogación del Real Decreto Ley del que trajo origen este Decreto Ley»
No era para menos, ¿verdad? Aquí os paso el enlace a un vídeo de ese hilarante momento


El que corta el bacalao

Curiosa esta expresión. El que corta el bacalao en España es 'el que manda de verdad'', el que en un momento, lugar o circunstancia, por jerarquía, experiencia o conocimiento, supone 'la autoridad', aquél (o aquélla) a quien no se le discute una decisión o una acción. Tiene más que ver con una cuestión de influencia o de 'jerarquía social', que de escalafón o de 'poder jerárquico'. Pero es, en definitiva, como también se suele decir, 'el amo del calabozo'.
El que corta el bacalao

He encontrado varias posibles explicaciones sobre el origen de esta expresión.
  • Una dice que procede de los tiempos en que España y Portugal tenían territorios 'de ultramar'. En las plantaciones, los trabajadores, muchas veces esclavos, como ya se comentó por aquí hace un tiempo, en muchas ocasiones recibían como 'rancho' una ración de bacalao seco, pescado entonces barato, sabroso, con mucho alimento y fácil de transportar y almacenar: la 'momia nórdica', como también se dijo en este blog. Y quien cortaba y repartía las raciones era normalmente el capataz o el dueño de la explotación: 'el que corta el bacalao' era la forma que tenían los trabajadores de llamar al amo, 'a quien mandaba'.
 
  • Sin embargo, según cuentan en este enlace, el origen se podría encontrar en las tiendas de ultramarinos, establecimientos 'en peligro de extinción', en los que aún hoy día se vende el bacalao seco, y se corta con un artilugio llamado bacaladera. Hay que tener cierta pericia en el corte del bacalao con ese instrumento, motivo por el cual 'el que corta el bacalao' suele ser el dueño de la tienda, o algún empleado de su absoluta confianza.
Una magnífica bacaladera
  • Por último, en este otro enlace hablan de otro posible origen: en los tiempos de penurias que cada cierto tiempo se han dado en la historia de España, en los que el bacalao fue el remedio del hambre (el 'alimento de los pobres'), era el cabeza de familia quien hacía el reparto del bacalao, al igual que el del pan


 

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