lunes, 11 de abril de 2016

Don Miguel en la isla del viento


Brujuleando por Internet vi esta sorprendente foto de Miguel de Unamuno en la que aparece montado en la 'chepa' de un dromedario. Ya sabía que Unamuno había estado desterrado en Fuerteventura durante la dictadura de Primo de Rivera, pero no me podía imaginar cómo una persona que yo tenía por tan seria podría haber permitido que la fotografiasen 'de esa guisa'. Mi curiosidad me ha llevado a buscar más cosas relacionadas con ese exilio.

Miguel de Unamuno y Jugo, Bilbao 1864 - Salamanca 1936

EL DESTIERRO

Efectivamente, Miguel de Unamuno era un hombre muy serio, tirando a seco, más sarcástico que irónico, vamos, lo que ahora se diría 'bastante borde', con las ideas muy claras, que si tenía que decirle la verdad (más bien, su verdad) a alguien, se la decía, y además se regodeaba con ello. Es por eso que se granjeó muchas enemistades, sobre todo en los sectores más tradicionalistas o conservadores de la época, y especialmente con la Monarquía, con el ya citado Miguel Primo de Rivera, y también con Millán Astray. Y es por eso también, por lo que Primo de Rivera, en febrero de 1924, muy poco después de llegar al poder, le cesa como rector de la Universidad de Salamanca y le condena al destierro en un lugar (entonces) tan inhóspito como la isla canaria de Fuerteventura.

A primeros de marzo de 1924 se hizo efectivo el destierro, y llegó Unamuno a Puerto de Cabras, antiguo nombre de Puerto del Rosario, la capital administrativa de la isla, y el lugar en el que residió los 4 meses que pasó en Fuerteventura. Su primera impresión, al parecer, no fue muy agradable, y no era para menos. Tierra áspera, lejana, seca, pobre, carente de ambiente cultural, no parecía el mejor lugar para un catedrático de Griego y Filosofía que venía de una ciudad culta y monumental. Pero, por lo que se sabe de su correspondencia de aquellos días, y de los testimonios de la gente con la que trató, a los pocos días descubre que puede considerar esa estancia como un regalo: un pensador como él se da cuenta de que hay vida más allá de la ciudad y la Universidad, y que eso, más que un castigo, es una oportunidad, para contactar con la Naturaleza y con la gente, para leer, pensar y escribir, y a ello se pone. Camina, toma baños de sol, y de mar, descubre la gastronomía canaria, y sobre todo, conoce a gente, a toda la gente que puede. También impone modas: siempre descubierto, acostumbró desde entonces a los majoreros a olvidar el uso del sombrero.

Tertulia del Hotel Fuerteventura. Aquí aún llevaban sombrero.
Enseguida se forma una tertulia a la entrada del Hotel Fuerteventura, en el que residió durante su exilio, en el que eran habituales, aparte del propio Unamuno, el propietario del hotel (su 'posadero') Paco Medina, un marinero, un funcionario, el párroco y Ramón Castañeyra, que 'líderaba' del mundillo cultural de la isla,  del que acabó siendo gran amigo, y con el que siguió manteniendo correspondencia hasta su muerte. Apenas cuatro meses después de llegar, Primo de Rivera comprendió que el castigo que pretendía ser ese destierro no había sido tal, y se disponía a firmar su amnistía, pero Don Miguel, terco y consecuente, huye a Francia en barco un día antes de la firma. Comienza entonces su exilio voluntario en Francia, primero en París y luego en Hendaya, que duraría hasta finales de 1930, unos meses antes del advenimiento de la República.
Unamuno en Hendaya

FUERTEVENTURA EN SU OBRA
 
Fuerteventura dejó huella en Miguel de Unamuno. Así lo atestiguan algunos pasajes de las cartas que escribió en su destierro majorero y su exilio francés, recopiladas en 2012 por la Universidad de Salamanca en el  libro 'Cartas del destierro. Entre el odio y el amor (1924 - 1930)'. Y así lo reflejó también el escritor en su poemario 'De Fuerteventura a París. Diario de confinamiento y destierro vertidos en soneto', que dedicó a Ramón Castañeyra. En él escribió versos que describían el paisaje y el clima de la isla, también al mar, al gofio y a sus gentes, así como esta despedida, en su partida a París:
Roca sedienta al sol, Fuerteventura
tesoro de salud y de nobleza,
Dios te guarde siempre de la hartura,
pues del limpio caudal de tu pobreza
para su España celestial y pura,
te ha de sacar mi espíritu riqueza
Aquí tenéis algunos de los versos que escribió sobre Fuerteventura. Y en este otro enlace, otras cosas que escribió referidas también a la isla, fragmentos de cartas o artículos, algunas muy bellas y que muestran la nostalgia que sintió en años posteriores de esos escasos cuatro meses pasados en Fuerteventura.


LA PELÍCULA

En 2014 se rodó la película 'La Isla del Viento' (que inicialmente iba a llamarse 'Unamuno en Fuerteventura'), de la que he tomado prestado el título de esta entrada.


La película tuvo su estreno mundial en noviembre del pasado 2015 en el Festival de Cine de Mar del Plata, donde no recibió muy buenas críticas. Este mes se estrenará en España, durante el próximo Festival de Cine de Málaga, donde quizá tenga más suerte. Está dirigida por Manuel Menchón, se rodó entre Fuerteventura y Salamanca, en escenarios reales, y José Luis Gómez interpreta a Miguel de Unamuno. Narra los meses de Unamuno en Fuerteventura en retrospectiva, tras su última destitución como Rector en Salamanca y su detención, al comienzo de la Guerra Civil, y pocos meses antes de su muerte.

Escena del rodaje de la película en la Universidad de Salamanca

LA CASA MUSEO

En lo que un día fue el Hotel Fuerteventura, su lugar de residencia en el destierro, funciona desde 1995 la Casa-Museo Unamuno. El local fue adquirido en 1983 por el Cabildo de Fuerteventura, y doce años después abrió sus puertas. La rehabilitación intentó preservar el aspecto original del hotel, típica casa canaria de principios de siglo, y conserva el mobiliario que utilizó el escritor. Se exponen fotografías y objetos personales de su estancia, así como algunas de las pajaritas de papel que hizo, testimonio de su conocida afición a la papiroflexia. Las palabras de su obra se exponen en las paredes de los cuartos. También tiene un salón de actos, y es la sede de una cátedra cultural. La entrada es gratuita y hay visitas guiadas. A la entrada, puede verse una escultura de Unamuno:

Escultura de Unamuno a la entrada de su casa museo
El Cabildo de Fuerteventura también organiza desde 2015 el Premio Literario de novela corta 'Miguel de Unamuno'. Está en marcha la segunda edición, y hasta el 30 de junio está abierto el plazo de presentación de obras.


EL MONUMENTO EN MONTAÑA QUEMADA

Unamuno murió el 31 de diciembre de 1936, y como no podía ser de otra forma, renegando de todo, de la República por la que con tantas ganas luchó, por los sublevados en julio de ese año, que en un primer momento le parecieron la solución (¡otra mas!), al 'eterno problema de España' (tan típico de él y de su generación del 98), pero que resultó ser un nuevo fracaso... Está enterrado en Salamanca, pero al parecer, años atrás, confesó su deseo de ser enterrado en Montaña Quemada, antiguo volcán apagado, cerca del Tindaya, la montaña mágica de los majoreros y uno de los lugares que más le impresionó. Es ahí donde, en 1980, se levantó un monumento de 8 metros en recuerdo al escritor bilbaíno:

Monumento a Miguel de Unamuno en Montaña Quemada

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